POR QUÉ LAS ESTRUCTURAS METÁLICAS SON LA MEJOR ELECCIÓN PARA TU EDIFICIO

Publicado por:admin en Arquitectura

Como si de un esqueleto se tratase, ligero pero capaz de soportar pesos enormes, con cierta flexibilidad antes de llegar al colapso y la posibilidad de ser reparado de manera sencilla sin afectar al resto de la obra, así son las estructuras metálicas: una solución constructiva, basada principalmente en el acero, que permite a quienes las eligen multitud de posibilidades y ventajas con respecto de otros materiales existentes en el mercado. El acero, resultado de una aleación de hierro y carbono, mejora las condiciones físico químicas del primero aunque mantiene sus características metálicas.

Durante mucho tiempo ha sido más común verlo en espacios industriales aunque en las últimas décadas su uso se está extendiendo hacia edificios de uso público e incluso viviendas. Y es que el acero consigue un aspecto más moderno y contemporáneo. Aunque no es por eso por lo que destaca sino que son múltiples las características que lo convierten en un material óptimo para la construcción de todo tipo de arquitectura.

El acero es un material que ofrece gran resistencia, lo que se traduce en que los elementos que forman la estructura podrán ser de una sección mucho menor que con otros materiales y esto permite reducir la altura entrepisos con el correspondiente ahorro de espacio que, arquitectónicamente hablando, se ve reflejado en menos muros, columnas, etc. y en definitiva, menos dinero.

A eso hay que añadir que su montaje es muy rápido ya que las estructuras se preparan previamente en el taller y se trasladan directamente a las obras para su instalación. De ese modo se reducen mucho los costes fijos de obra y, además, por sus características, las instalaciones siempre se podrán ampliar o modificar, sin que eso suponga un problema porque las estructuras están preparadas para este tipo de acciones sin que se vea mermada su calidad y dando lugar, de nuevo, a un ahorro en la inversión.

Por otro lado, al ser un material muy ligero también permite reducir costes de cimentación y dada su densidad (7850 kg/m³) el acero es uno de los materiales más demandados en todos los sectores de la industria. De hecho, no solo se emplea en construcción sino que la aeronáutica o la automoción encuentran en él un gran aliado ya que las piezas con mayores solicitaciones (ya sea al impacto o a la fatiga) solo pueden aguantar con un material dúctil y tenaz como es el acero, además de la ventaja de su relativo bajo precio.

Otro punto a favor es que las estructuras son reciclables, es decir, si en un momento determinado el propietario de la instalación decide trasladarse podría desmontar la nave y volverla a montar utilizando las mismas estructuras, sin necesidad de realizar un nuevo gasto, ya que mantienen los perfiles originales y se pueden reutilizar. En el caso de que su decisión sea la de no seguir utilizando esas instalaciones, podría desmontarlas y vender el acero al precio en que ese momento se encuentre el mercado. Dado que no se trata de un material que fluctúe demasiado, podría recuperar parte de la inversión inicial o incluso rentabilizarlo ya que en los últimos años el precio de este material gira discretamente al alza.

El fuego como enemigo, o no Con respecto a las debilidades del empleo de acero en la construcción, sus detractores apuntan al fuego como su principal enemigo. No obstante, existen multitud de tratamientos ignífugos de fácil aplicación que garantizan la seguridad de las instalaciones construidas con estructuras metálicas. Los tratamientos RF, por ejemplo, aumentan la resistencia al fuego de este tipo de materiales y garantizan un tiempo de entre 30 y 240 minutos (dependiendo del producto elegido) durante el que se puede actuar con total seguridad dentro de la construcción en la extinción del potencial incendio. A eso hay que añadirle otra de las ventajas del acero: su elasticidad. Por sus características, el aumento de temperatura no lo lleva al colapso y esto hace que, en caso de fuego, la construcción afectada no se venga abajo de manera agresiva sino que, en caso de alcanzar temperaturas de entre 400ºC y 800ºC, la estructura se deformaría.

Aparte de los tratamientos ya mencionados, existen otros que permiten prevenir el impacto del fuego en las estructuras metálicas: las pinturas intumescentes, que se aplican como capa intermedia entre la primera imprimación y la de acabado; los morteros ignífugos, que se proyectan sobre la estructura y permiten estabilizarlas hasta cuatro horas ante el calor de las llamas; o las placas rígidas de revestimiento cuya protección se basa en paneles de silicato cálcico, muy livianos y fáciles de manejar, las cuales permiten crear alojamientos estancos en su interior en los que se aloja el perfil; son algunos ejemplos. Cabe destacar que, en el peor de los casos, si se diera un incendio muy agresivo y la construcción quedase inhabilitada, el acero siempre se podría recuperar y ser vendido como chatarra, de modo que se le podría sacar una mínima rentabilidad..

En lugares como la Región de Murcia y sus alrededores, cuya sismicidad está considerada media/alta debido a que junto a las provincias de Granada, Almería y Alicante, se encuentra en la zona con más actividad sísmica de España (con un coeficiente de peligrosidad sísmica de 0’16ges), la elección de estructuras metálicas en la construcción puede suponer un importante valor añadido, frente a otras opciones. Ante movimientos telúricos fuertes, una estructura metálica tiene la flexibilidad para poder resistir estos impactos sin recibir daño y así mantenerse en pie. La tranquilidad de poder tener una inversión que pueda perdurar a este tipo de condiciones extremas es sumamente importante, especialmente en áreas propensas a sufrir terremotos como, por ejemplo, sucede en Japón. Sin olvidar que en caso de eso ocurra, el tiempo de reacción suele ser limitado por lo que garantizar la seguridad de los ocupantes de cualquier inmueble debe ser siempre una prioridad.

Fuente : SERYCOIN